26 Nov La seguridad vial y su evolución en las últimas décadas | Parte 1
En el año 2015, 1.126 personas perdieron la vida en accidentes producidos en vías interurbanas, un 1% menos que el año anterior.
Aunque se trata de un ligero descenso, lo cierto es que esta cifra representa un mínimo histórico desde 1960, primer año del que se tienen estadísticas y en el que se registraron 1.300 fallecidos en un escenario de movilidad que en nada se parece al actual (1 millón de vehículos en 1960 frente a los más de 31 millones en 2015).
1989 fue el año que marcó el récord en cuanto a siniestralidad se refiere, con 5.940 fallecidos en vías interurbanas. A partir de entonces se ha experimentado un descenso continuado del número de víctimas, salvo determinados repuntes producidos en la década de los 90 y principios de los 2000.
Para llegar a esta situación son muchos los esfuerzos que se han dedicado en mejorar la seguridad vial, tanto a nivel tecnológico, como legislativo y de educación de los conductores. Hábitos que ahora parecen evidentes como ponerse el cinturón al subir al vehículo, o no exceder el número de plazas permitido en un vehículo, no lo fueron tanto hace tan solo unos años, en los que muchos recordarán que estas normas no se cumplían de manera tan escrupulosa.
Los cambios más importantes en la Leyes de Tráfico
El factor humano es el causante del 90% de los accidentes que se producen al volante. Según MAPFRE, las distracciones, la velocidad y el consumo de alcohol tienen la culpa de más de la mitad de los accidentes de tráfico. Ante esta situación, son muchos los esfuerzos que se han destinado a que las cifras de siniestralidad bajen, al intentar evitar estos “fallos humanos”. Es por ello que la Ley de Tráfico y el Reglamento de Circulación en la mayoría de países han sufrido numerosos cambios a lo largo de los años, endureciendo las sanciones, y adaptando las normas a las nuevas exigencias de seguridad vial.
La velocidad, en el punto de mira
El respeto a los límites de velocidad en las carreteras es una de las asignaturas pendientes de los conductores españoles. Según un informe de la Fundación MAPFRE, cada año podrían salvarse 379 vidas en países como España si se respetaran los límites de velocidad. Por ello, este es uno de los aspectos en los que más inciden las campañas de seguridad vial de hoy en día. Algo que ha tenido su reflejo en las cifras de víctimas.
Hasta 1974 sólo existía límite de velocidad para los vehículos destinados al transporte de mercancías. A partir de dicho año, el Código de Circulación en vigor impuso el límite a 130 km/h sólo para autopistas y 110 para autovías, y no fue hasta 1992 cuando los vehículos podrían circular a 120 por ambos tipos de vías. No obstante, si bien los límites de velocidad se han mantenido prácticamente invariables desde esa fecha, las campañas de concienciación, así como la vigilancia en las carreteras se han incrementado considerablemente.
Así, si en el año 2000 superar los límites de velocidad podía acarrear una multa de entre 15.000 y 50.000 pesetas (90 y 300 euros) y suponer la retirada del carnet, hoy en día los límites que se pueden exceder son menores y la cuantía económica de las multas, mayores.
Por ejemplo, un estudio realizado por el RACE en el año 2000 señala que el baremo interno empleado por Tráfico para imponer sanciones establecía el límite a partir de 66 km/h en vías urbanas y 141 km/h en interurbanas.
Si lo comparamos con la actualidad observamos cómo ha cambiado el régimen de sanciones. Actualmente, superar en 1 km/h la velocidad máxima establecida en determinadas vías urbanas supone una multa de 100 euros, del mismo modo que hacerlo en 50 km/h en esta misma vía asciende a 600 euros y la retirada de 6 puntos del carnet.
Además, exceder la velocidad máxima en más de 60 km/h en ciudad y 80 en zonas interurbanas está castigado con una pena de prisión que puede ir desde 3 a 6 meses, multa de 6 a 12 meses, trabajos a la comunidad y privación del carnet de conducir de 1 a 4 años.
Y estos cambios legislativos en materia de velocidad se han dejado notar en las cifras de siniestralidad. Si en 2004 el exceso de velocidad estaba presente en el 29% de los accidentes mortales, 10 años más tarde, en 2014, dicho porcentaje se ha reducido en 8 puntos, hasta el 21%.