06 Aug ¿Conductor arriesgado o prudente?
En contra de la creencia popular, este tipo de comportamiento no es un derivado natural y directo de una personalidad arriesgada, sino que lo componen diferentes factores que pueden manifestarse de un modo u otro, dependiendo del contexto
Durante el 2015, la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada realizó un estudio (“Perfil de impulsividad y riesgo en conductores: efectos conductuales y correlatos neurales”), financiado por la DGT, que pretendía hacer un retrato robot (conductual, psicológico y fisiológico) de las personas propensas a tomar decisiones arriesgadas al volante.
Dicho estudio aspiraba, además, a arrojar algo de luz en torno a la cuestión de si es el coche el culpable de nuestros comportamientos de riesgo al volante o es objeto pasivo de los mismos.
En contra de la creencia popular, este tipo de comportamiento no es un derivado natural y directo de una personalidad arriesgada, sino que lo componen diferentes factores que pueden manifestarse de un modo u otro, dependiendo del contexto.
Por grupos
Para trabajar con grupos homogéneos de hombres y mujeres más o menos arriesgados, se decidió adaptar al español una herramienta de probada eficacia a la hora de discriminar tales rasgos actitudinales, el DOSPERT-30. Una vez separados los grupos por sexo y por mayor o menor propensión al riesgo, realizaron dos tareas: una evaluativa de percepción del riesgo (a través de fotos tomadas de situaciones de tráfico reales), y otra de carácter urgente (conducir un simulador de motos).
Se les tomaron medidas comportamentales (tiempo de reacción, accidentes, velocidad, percepción del riesgo) y –esta es la novedad de este estudio– medidas de tipo fisiológico (la actividad cerebral en reposo y durante la tarea a través del electroencefalograma (EEG).
En general los participantes calificados como arriesgados percibían menos riesgo en las distintas situaciones de tráfico, lo que puede explicar el por qué su conducción era más arriesgada y peligrosa; además también presentaban una mayor velocidad media y un estilo de conducción más abrupto.
Los hombres, más arriesgados
La escala de actitud hacia el riesgo (DOSPERT-30) mide la actitud en cinco diferentes dominios o contextos cotidianos de decisión: social, financiero (inversión/juego), salud/seguridad, ocio y ético. Como curiosidad señalar que, en la muestra de 826 participantes (31% hombres- 69% mujeres), los hombres se mostraron más arriesgados que las mujeres en todos los ámbitos menos en uno, el social, en el que fueron ellas las que obtuvieron puntuaciones más altas.
Tomado de Revista DGT