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No podemos quedarnos de brazos cruzados

No podemos quedarnos de brazos cruzados

Por Juan Carlos Botrán
Miembro del Automóvil Club Guatemala

A partir del 11 de mayo del 2011, la Organización de Naciones Unidas (ONU) inició un movimiento mundial para combatir el creciente numero de muertes y lesiones que ocurren anualmente en las calles y carreteras.  Se trata del Decenio de Acción para la Seguridad Vial, de 2011 al 2020 que tiene como objetivo la reducción del 50% de muertes anuales en calles y carreteras.

¿A que se debe este esfuerzo?,  Desde hacía varios años, las estadísticas de mortalidad mostraban un incremento preocupante de muertes a raíz de siniestros viales.  Por ejemplo, en el 2010 se estimaban alrededor de 1.3 millones de muertes en todo el mundo y entre 20 y 50 millones de personas lesionadas.

Mas de la mitad de estas personas no viajaban en un vehículo, por eso, las Naciones Unidas estimaban que, de no tomar acciones concretas, en menos de una década el número de muertes podría subir a 2.4 millones al año, convirtiéndose en la quinta causa de mortalidad en el mundo.

Al analizar las causas de estos siniestros, se podía ver que más del 90% de estos siniestros eran causados por factores perfectamente prevenibles.  Esto quiere decir que no eran “casuales”, “el destino”, “mala suerte” o “que le tocaba”, que es la manera en que generalmente se justifican estos eventos, sino por errores de alguno de los usuarios de las vías que había causado el percance.

Cinco esfuerzos que pide la ONU

Para guiar a los países en sus esfuerzos, la ONU sugiere cinco pilares principales para enfocar los esfuerzos:  1. Gestión de la Seguridad Vial, 2. Vías mas seguras, 3. Vehículos mas seguros, 4.Usuarios mas seguros y 5. Respuesta tras los accidentes.  Cada uno incluye una serie de recomendaciones generales que los países deberían tomar en cuenta según su situación particular.

Cuando se analiza con mas detenimiento cada uno de estos ejes, nos damos cuenta que la solución no radica únicamente en una entidad, profesión o proyecto.  El problema de la siniestralidad vial requiere de soluciones multisectoriales que deben incluir la participación de ingenieros, arquitectos, maestros, investigadores, médicos, financistas, policías, bomberos, políticos, jueces y muchas otras profesiones.

Quizá mas importante que todos estos es la participación de todos los usuarios de las vías, indistintamente del rol que tengan. ¿Como podemos hacer esto?,  Simplemente tenemos que aceptar que, así como tenemos derecho de movilizarnos, también tenemos la obligación de respetar las reglas y a los demás usuarios.  En la medida que mas personas entendamos este simple concepto nos daremos cuenta de como las calles se convertirán en áreas de convivencia en vez de conflicto social.

Guatemala no es ajena a este problema de siniestralidad vial y aunque las estadísticas oficiales nos ponen en una condición similar a países europeos (12 muertes por cada 100,000 habitantes), fuentes extraoficiales nos dan indicios que el problema podría ser más del doble de lo registrado oficialmente.

Aunque las autoridades de Gobierno son las responsables de mantener el orden en las vías, los usuarios también tenemos un grado alto de responsabilidad.

Sin datos confiables

Otro de los grandes obstáculos para la solución del problema, es que sin datos confiables y oportunos es muy difícil saber con exactitud la magnitud del problema, las causas, priorizar las intervenciones y medir el avance o retroceso del trabajo.  Como dicen los expertos en estadísticas, “sin datos, no somos nada mas que personas con una opinión”.

Si queremos cambiar la tendencia de siniestralidad vial y sus respectivos costos al estado y ciudadanía, tenemos que empezar por entender bien el problema.

¿Como esperamos solucionar un problema que no entendemos?,  ¿Cómo podemos priorizar los proyectos si no sabemos cuales son las verdaderas causas?,  ¿Y como sabemos si las intervenciones están siendo efectivas si no le damos seguimiento a los casos?.

Es más, ¿Sabemos cuánto le cuestan los siniestros viales al estado y ciudadanía?.

Con esto se puede ver que no existe una solución mágica para el problema de la siniestralidad, sino que es una tarea compleja que requiere de mucha coordinación entre entidades, disciplinas profesionales, así como de colaboración de todos los usuarios de las vías.

Aunque Guatemala es signatario de dicho acuerdo, las autoridades a nivel local no han logrado implementar las medidas necesarias para cumplir con los objetivos trazados.  El trabajo se ha dirigido más hacia medidas que promueven la imagen de una u otra entidad, no aquellas soluciones técnicas que traerán cambios sustanciales en la situación vial.

Por ejemplo, una de las principales recomendaciones que hace la ONU a los países es que cuenten con una entidad rectora con amplias capacidades técnicas y financieras para regular, administrar y coordinar todo lo concerniente con la movilidad terrestre.

En Guatemala, según la Constitución, debe ser Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil.  Aparte de las limitaciones implícitas que trae el grado de Departamento, existen más de veinte entidades que, de una manera u otra, le han ido quitando importancia y relevancia de tal manera que se ha convertido en un ente cada vez mas alejado de su objetivo y mandato.